El aumento del aluminio desborda la superficie de almacenamiento de los muelles comerciales

Preocupación entre los operadores por un espacio insuficiente para las previsiones de crecimiento de esta mercancía -Apremiado por las empresas, el Puerto toma como primera medida eliminar las zonas de aparcamiento de camiones.

Los muelles comerciales de Vigo rebosan de aluminio. Esta mercancía que llega importada en forma de barras y lingotes ha aumentado tanto en el último año que ya rivaliza con la pesca congelada por el segundo puesto en el ranking que lideran los automóviles. Y la tendencia es que continúe creciendo más todavía de lo esperado con el anunciado cierre de las factorías de Alcoa en A Coruña y Asturias. Pero estas previsiones que en circunstancias normales deberían ser motivo de celebración han encendido las alarmas entre los operadores por falta de espacio donde almacenar tanto metal. Ante los avisos preocupantes de estas empresas, el Puerto ha iniciado una búsqueda desesperada de suelo libre para ofrecerles, empezando por el reservado a los transportistas, a los que ha comunicado la eliminación al mínimo de las plazas para el aparcamiento de sus remolques y gabarras.

El espacio que se gana para el aluminio a costa de sacrificar el que emplean los camioneros solo supondrá un parche. Ni mucho menos paliará la acuciante necesidad de superficie que se necesitará para almacenar todo el volumen de barras y lingotes a mayores que llegarán al Puerto de Vigo con los últimos tráficos conseguidos. Sobre todo porque se parte de un recinto que roza la congestión durante todo el año. Kaleido y Alfacargo, los dos principales operadores de esta carga, emplean más de 20.000 metros cuadrados del muelle de Transversal y aún así cualquiera que recorra los muelles comerciales se encontrará con aluminio depositado en cualquier rincón.

En Praza da Estrela admiten que el aprovechamiento para el aluminio del espacio de los transportistas será insuficiente para acoger una mercancía que camina hacia las 300.000 toneladas anuales. De hecho en estos momentos el volumen acumulado en la explanada del Transversal -en su mayoría importado de Rusia- supera a lo que mueven en todo el año el resto de las terminales gallegas que captan algo de este tráfico, como Vilagarcía de Arousa. Por eso desde la sede portuaria viguesa están estudiando “otras medidas” dirigidas a acabar con esa imagen desbordada que presentan los recintos del aluminio, como la de ganar superficie mediante el derribo de antiguas instalaciones como las de la cementera Tudela Veguín o rescatan concesiones infrautilizadas por sus titulares.

De nuevo, “los sacrificados”

“Si lo que consiguen prohibiéndonos aparcar no solucionan nada o muy poco no comprendemos por qué de nuevo tenemos que ser los sacrificados”, argumentan fuentes de Apetamcor, en referencia a cuando el Puerto acabó en 2014 con el aparcamiento indiscriminado de gabarras en sus terrenos para facilitar la ampliación del recinto concesionado de la terminal de contenedores.

En esta asociación transportista saben desde finales del año pasado que su aparcamiento en terreno portuario tenía los días contados. Fue en una reunión en Praza da Estrela donde sus responsables de Operaciones comunicaron a este colectivo y otros del gremio la medida justificándola en el importante incremento del movimiento de aluminio. Aunque no perderán todas las plazas porque el Puerto delimitará 40 “rotatorias”, esta cifra representa una reducción drástica en comparación con las 100 que se adjudicaban mediante un concurso anual que se celebra desde la época de López-Chaves en la presidencia, convocatoria que ya no volverá a repetirse.

Pero lo que es malo para los transportistas es bueno para las empresas que gestionan una mercancía ya por delante en número de toneladas al granito. “El Puerto no es un aparcamiento”, recalcan fuentes de estos operadores quienes reconocen que los avisos lanzados al Puerto por los problemas de espacio en el Transversal se hicieron constantes en los últimos meses del año que acaba de terminar una vez conocida la intención del grupo estadounidense Alcoa de cerrar las fábricas de A Coruña y Avilés.

Los operadores locales dan por hecho que la clausura de estas factorías se traducirá en un “importante” incremento de la importación de aluminio en España colocando al puerto de Vigo “en primera posición competitiva” que ya ostenta en Galicia en este preciado tráfico. En la actualidad las barras y lingotes que llegan a los muelles vigueses en contenedor salen en camión para su distribución, principalmente, a Cortizo en Padrón, el resto del territorio nacional y también hacia Portugal.

Share this post

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *