Aunque ya no deja mucho vender “botes” como antes, porque el precio del kilo de alumnio a bajado, las recicladoras siguen siendo la fuente de empleo para muchas personas, que con lo que recicla en las calles y comercios, puede sacar unos pesos. Gracias a que aún existen recicladoras como la famosa “Teresita”, que ha sido una fuente de empleo por más de 20 años.

No ha sido fácil sostener por veinte años la recicladora Teresita, cuenta uno de los empleados. “Ahora hay menos ingresos que antes porque todo ha subido y nos ha afectado. Por eso se compra más barato que antes el kilo de alumnio, pero se sigue sosteniendo”, dijo Manuel Ramírez, con más de 10 años en el negocio.

En promedio son 15 personas al día que llegan con sus costales, cajas o bolsas para ser pesados. Lo que a finales del mes genera más de 8 toneladas de reciclaje, que son enviados en varios viajes cada quincena a la ciudad de culiacán. Este reciclaje tiene un impacto para la ciudad porque contribuye a la reutilización de lo que para muchos es basura y otros es moneda.

Uno de los productos que se crean con el tonelaje de aluminio que se envía  desde Guamúchil, que se compran en Culiacán y se venden en Guadalajara, son  las ollas tamaleras, placas y latas.

Pero como se logra esto, el trabajador lo explica: “Se funde el aluminio en Guadalajara y con los moldes se elaboran todo tipo de cosas, como las ollas para la cocina y productos que usamos  a diario”.

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